Las rabas cántabras son uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía de Cantabria, un verdadero manjar que combina tradición, frescura y sabor. Se trata de calamares cortados en tiras finas, rebozados en harina y fritos en aceite caliente hasta alcanzar una textura crujiente por fuera y tierna por dentro. Aunque la receta es sencilla, su sabor es inconfundible y ha conquistado tanto a los locales como a los visitantes que se acercan a la región. En Cantabria, las rabas son más que un plato, son parte de la identidad culinaria de la zona.
El origen de las rabas cántabras se encuentra en la costa, donde el mar Cantábrico proporciona los mejores calamares para este plato. Su preparación varía ligeramente según el restaurante o el hogar, pero siempre mantiene la base de calamares frescos, harina y aceite. Hay quienes prefieren una capa de rebozado más gruesa, mientras que otros optan por una versión más ligera y crujiente. En algunos lugares, se sirve una variante a la plancha, aunque la receta clásica es la frita, que es la que ha dado fama a este plato.
Aunque las rabas cántabras se disfrutan principalmente como aperitivo o tapa, también pueden ser el plato principal de una comida, acompañadas de una ensalada o de arroz blanco. Se suelen servir acompañadas de rodajas de limón, que realzan su sabor fresco y marino. En algunos bares y restaurantes, además de las rabas, se ofrecen salsas como la alioli o mayonesa, que complementan perfectamente su sabor, aunque muchos prefieren disfrutarlas en su versión más simple, sin aderezos adicionales.
Uno de los encantos de las rabas cántabras es la variedad de formas en que se pueden disfrutar. A menudo se sirven como tapa en bares de la región, acompañadas de una buena cerveza bien fría o un vino blanco afrutado, como el txakolí, que combina perfectamente con el toque salado y crujiente de las rabas, o un vermút. También es habitual encontrar este plato en las comidas familiares o en reuniones de amigos, donde se comparten como parte de una variada selección de platos típicos.
Las rabas son, sin lugar a dudas, una de las joyas de la cocina cántabra, y su popularidad sigue creciendo cada día. Gracias a su simplicidad y a la calidad de los ingredientes, este plato sigue siendo un referente en la gastronomía local, tanto para los cántabros como para los turistas que se acercan a la región en busca de una experiencia culinaria auténtica. Y es que, ¿quién puede resistirse a una buena ración de rabas acompañada de una copa de vino, disfrutada en buena compañía, con el mar de fondo?